Curiosidades sobre el origen de la Pascua

¿Conoces todo sobre la Pascua? Seguro que es una de tus festividades preferidas, pero hay detalles que se te escapan. Si es así, no te vayas y sigue leyendo, ¡porque en este blog vamos a contarte algunas de las particularidades más interesantes de este festivo que tanto nos encanta!

La celebración de la Pascua empieza justo al terminar la primera luna llena, tras el cambio de estación a la primavera, que suele caer entre los días 22 de marzo y 25 de abril. Seguro que te has preguntado alguna vez por qué no existe una fecha exacta para esta celebración, ¿verdad? ¡Aquí la tienes!

En la antigüedad, para los judíos se trataba de una fiesta en la que los pastores sacrificaban un cordero como obsequio para aguardar una época de mayor fecundidad. Su forma de entender y ver la Pascua era como un “paso” a la primavera, por ello la traducción literal de la palabra es al latín "pascha", al griego πάσχα "páscha" y al hebreo “pesáh”.

Más tarde, pasó a ser una festividad dirigida a conmemorar la liberación del pueblo judío de la esclavitud vivida en Egipto. Actualmente, para el pueblo judío la Pascua (Pésaj) es una de sus principales celebraciones en la que rememoran el paso que el pueblo hebreo dio junto a Moisés a través del Mar Rojo.

La Pascua también es una de las efemérides más importantes del año para los cristianos, ya que se recuerda el paso de Jesús de la muerte a la vida tras fallecer para salvar a su pueblo y pasar tres días muerto antes de resucitar un domingo.

Y, entonces, ¿cuál es el significado de los huevos de Pascua? ¿En qué momento toman tanta importancia? ¿Y qué pintan los conejos en toda esta historia? Te desvelamos el verdadero origen de todos estos detalles, continúa leyendo…

La historia del conejo de Pascua

Aunque su origen no está definido, parece que la elección del conejo como símbolo para celebrar la Pascua se debe a su conocida capacidad de procreación, es por ello que, para unas fiestas dedicadas a la primavera y a la fertilidad de la tierra tras el invierno, el conejo coge un gran valor simbólico. 

Además, por si no lo sabías, la cultura germánica concedió al conejo de Pascua el significado que actualmente conocemos como personaje infantil.

Es interesante destacar que, antes de Cristo, ya se conocía al conejo como símbolo de fertilidad y se vinculaba directamente con la diosa fenicia Ostara. En países anglosajones, Ostara significa Easter y es en su honor que se celebra esta festividad.

Esta fiesta, que originalmente era la celebración de la primavera y estaba pensada para honrar a la diosa teutónica de la luz y de la primavera, se trasladó a la fiesta cristiana destinada a la celebración de la Resurrección de Cristo, así que se terminó adaptando el nombre a las tradiciones cristianas.

No fue hasta el siglo XIX cuando, en Alemania, empezó a circular una leyenda sobre un conejo que estuvo encerrado en el sepulcro junto a Jesús y presenció su resurrección. Este relato llevó al origen del conejo de Pascua y al inicio de la creación de los famosos muñecos de chocolate y azúcar.

Se dice que el conejo, al haber presenciado el milagro de la resurrección, fue elegido como mensajero para comunicar y recordar a los niños la dicha del retorno de Jesús. Es por ello que se regalan huevos pintados, que también pueden estar hechos de delicioso chocolate y golosinas.

Pero esto no deja de ser una leyenda, porque el verdadero origen de regalar y comer huevos en Pascua es el siguiente;

Los huevos de Pascua

La historia cuenta que, hace ya muchos siglos, la iglesia prohibía el consumo de huevos durante la Semana Santa. Estos, quedaban almacenados para evitar su consumo. Cuando llegaba el domingo de Pascua, las familias habían acumulado grandes cantidades de huevos, por lo que tomaron la costumbre de pintarlos y regalarlos en canastas para deshacerse de ellos.

Cuando el chocolate se convirtió en uno de los alimentos preferidos, decidieron pasar a fabricar huevos de chocolate y regalarlos a cambio de los reales. Poco a poco se convirtió en tradición y, hoy en día, contamos con una gran variedad de huevos de chocolate y otros muchos sabores.

¡Qué interesante es ver cómo todo se va poco a poco adaptando con el paso del tiempo hasta convertirse en una divertida tradición adaptada a nuestra actualidad!

Ya sabes que en La Bolsera nos encanta formar parte de las tradiciones, aportando nuestro granito de arena. Adornamos las monas con pollitos, otro símbolo de fertilidad, y ponemos plumas de todo tipo de colores, en representación a fabulosas historias de la mitología noruega. ¡Aunque esta ya es otra historia que nos encantará contarte en un nuevo artículo!

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